martes, 10 de mayo de 2011

Bienvenidos al desierto de lo real

Hoy la preocupación del Capital
es convencernos de que el trabajo manual no existe.

Hay 24 horas de sexo en la TV
porque lo verdaderamente pornográfico
es sacar a Eduardo
picando en una zanja durante diez horas al día,
a María amenazada por ponerse enferma:

-Cuando te pongas mala no vayas al médico de familia,
ven a ver al médico de la empresa que éste no firma bajas,
le apunta el encargado.

A Mercedes, cuando le dice
el jefe de una tienda de Mercadona:

-Inútil, mueve el culo, t’as quedao preñá y te voy a echar de aquí
porque las madres y las preñás no sirven pa trabajar.

El Capital está por convencernos
de que el trabajo manual no existe,
por eso hay 24 horas de reality shows en la TV,
pero nunca verás allí a Remedios, despedida
por coger en brazos a su hija de cuatro años
que había ido al súper con sus abuelos,
a Anabel, despedida
por darse de baja por lumbalgia,
a Juana, despedida
por darse de baja por amenaza de aborto,
a Monserrat, despedida
por estar embarazada,
a Luis, despedido
por reírse delante de un superior.

El Capital está por convencernos
de que sus salarios justos
no son salarios justamente de mierda.

El Capital está por convencernos
de que la explotación no existe,
que los riesgos laborales no existen,
que la discriminación sexual no existe,
que las huelgas no existen,
que las manifestaciones no existen,
que los esquiroles no existen,

y como todo lo indecente no existe o, al menos,
todo el mundo está de acuerdo en no hablar de ello,
el trabajo manual no existe
y los trabajadores manuales no existen,

aquí todos trabajamos en la banca,
aquí todos somos blancos, católicos y verdes,
y lo demás no tiene importancia.

Nuestra lucha es esta:
Sentirnos orgullosos de ser blancos, católicos y verdes.

Somos la multitud de los tan iguales
que nos es imposible concebir al enemigo.

Si había una brecha entre nosotros y ellos,
hoy, en medio de este paisaje agrietado,
es imposible ya reconocerla.

La preocupación del Capital hoy:
Hacer pasar cualquier cosa por compromiso ético radical,
rellenar con él los socavones del sistema.


Poema de Antonio Orihuela en “Todo el mundo está en otro lugar”.
Editorial Baile del Sol, 201
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1 comentario:

laportademanolomartinez dijo...

Buenísmo, Juan, buena búsqueda.
Un abrazo, Manolo