sábado, 30 de junio de 2012

Carta de un médico a la presidenta Cospedal


..El problema surge cuando ustedes los están implantando sin ningún tipo de explicación y, aún más grave (si cabe), sin contar con los profesionales implicados. Esto me recuerda, salvando las diferencias, al despotismo ilustrado: Todo para el pueblo, pero sin el pueblo. Esto, a personas como yo, ha herido nuestra inteligencia, sensibilidad, grado de compromiso social y dignidad. Cada día que pasa estoy más convencido de que los políticos españoles en lugar de agradecer a los ciudadanos el poder servir a la sociedad para la cual se han ofrecido de forma voluntaria, «exigen» un reconocimiento y una fe ciega a su gestión. .. 

Sra. De Cospedal:
Las líneas que a continuación usted va a leer pretenden ser una reflexión crítica, constructiva, respetuosa y honesta sobre la gestión que como secretaria general del PP y como presidenta de Castilla-La Mancha viene usted ejerciendo. Como ciudadano español tengo el derecho (y también el deber) de manifestar estas inquietudes.

En primer lugar, permítame que me presente. Mi nombre es Lorenzo García, tengo 61 años, médico de profesión y soy Jefe de la Unidad de Radiología Intervencionista del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, desde hace más de 32 años.

Quiero que sepa que voté a su partido tanto en las elecciones autonómicas como en las generales lo que, dicho de otra manera, me da algo más que derecho a realizar estas criticas por sentirme de alguna manera «cómplice» de su proceder.

Bajo mi punto de vista y con toda sinceridad, se está/n equivocando, sobre todo en lo referente a las «formas» con las que está ejerciendo su gobierno. La razón de votar a su partido fue, fundamentalmente, porque entendía que la política que había realizado el PSOE, tanto a nivel autonómico como estatal, había sido nefasta, con un derroche económico que puso a este país al borde de la ruina. Son tantos los ejemplos y suficientemente conocidos que no merece la pena detenerse un instante en ellos. El derroche no solo fue en autonomías gobernadas por los socialistas, también en las que el PP tenía el gobierno (Comunidad Valenciana, Baleares, etc.). De cualquiera de las maneras muchos (no solo los «afiliados» o los «fanáticos») creíamos que el cambio se hacía necesario, siendo conscientes de que había que asumir una serie de ajustes/recortes. El problema surge cuando ustedes los están implantando sin ningún tipo de explicación y, aún más grave (si cabe), sin contar con los profesionales implicados. Esto me recuerda, salvando las diferencias, al despotismo ilustrado: Todo para el pueblo, pero sin el pueblo. Esto, a personas como yo, ha herido nuestra inteligencia, sensibilidad, grado de compromiso social y dignidad. Cada día que pasa estoy más convencido de que los políticos españoles en lugar de agradecer a los ciudadanos el poder servir a la sociedad para la cual se han ofrecido de forma voluntaria, «exigen» un reconocimiento y una fe ciega a su gestión.

Con las premisas generales ya detalladas, me gustaría comentarle, de forma simple y sincera, cómo está la situación asistencial/laboral en «mi» hospital: la mayor parte de los profesionales sanitarios nos encontramos defraudados, desilusionados y con dudas sobre el futuro de nuestra sanidad. Nuestra responsabilidad diaria es muy grande e insustituible y tengo la impresión de que usted la ha infravalorado. Para que usted se haga cargo, permítame que le muestre un caso clínico que por desgracia nos ocurre a los miembros de mi Unidad con relativa frecuencia: las 2 de la madrugada, accidente de tráfico de un joven con una grave hemorragia interna que compromete su vida. Nos llaman urgentemente y la escena que nos encontramos es la de un paciente muy grave y varios compañeros (UVI, traumatólogos/cirujanos) tratando de mantener al paciente lo más estable posible. El tiempo, como comprenderá, no es mucho para tratar de «tapar» las arterias que están sangrando en su interior. Es una intervención muy delicada y que requiere gran pericia, aún más por las condiciones en las que se lleva a cabo. Creo que es fácil imaginarse el grado de tensión y exigencia que todos los implicados tenemos en estas circunstancias. Los recursos técnicos (máquinas y material fungible) y la formación de los profesionales deben ser las más idóneas posibles: eso requiere un esfuerzo por parte de ustedes (políticos) y nosotros (profesionales). Me consta que su responsabilidad, como gobernante, es importante pero bajo mi punto de vista y con el máximo respeto, también pienso que es muy temporal y que en muchas circunstancias puede ser ejercida por otra/s persona/s. No ocurre los mismo con nosotros, no podemos improvisar o sustituir maquinas ni personas en determinadas circunstancias.

Sra. De Cospedal, con la sanidad se debe tener mucha prudencia con las medidas que se adopten, éstas deben ser muy bien valoradas y eso pasa por que los médicos seamos los máximos protagonistas en la prioridad de las mismas. En nuestro hospital se han dicho y hecho cosas inadmisibles (reducción drástica de plantillas, ceses y jubilaciones que en algunos casos se han hecho con muy mal estilo, congelación de recursos técnicos que consideramos totalmente imprescindibles, etc.), que han agredido nuestra reputación, inteligencia, ilusión y sobre todo, la dignidad. Si usted considera que ha habido un despilfarro busque a los responsables, pero en ningún caso debe aplicar «tabla rasa» y que todos seamos considerados culpables. Eso, políticamente hablando, además de ser una medida fácil es una medida injusta (podría emplear otras palabras más claras).

Quiero mandar un mensaje de tranquilidad a nuestros pacientes: a pesar del estado emocional por el que estamos pasando los profesionales de la medicina, no tengan ninguna duda de que su asistencia sanitaria está garantizada. Nuestra RESPONSABILIDAD VOCACIONAL está muy por encima de nuestro estado de ánimo. Sabemos sobreponernos a la agresión a nuestra dignidad apretando los dientes.

Me despido con amargura y tristeza y les digo a usted y a su consejero de Sanidad que como ciudadano y médico me siento decepcionado por su gestión. Entiendo que se equivoquen pero no que me engañen o infravaloren mi dignidad e inteligencia.

No espero ninguna respuesta ni la necesito, solo he pretendido ejercer mi responsabilidad y derecho de crítica a su gestión. Piense en el voto de «calidad» (el que lee su programa) que se le ha ido al PP y que muy difícilmente va a recuperar en el futuro.
Un afectuoso saludo
Lorenzo García
Jefe de la Unidad de Radiología Intervencionista del Hospital Virgen de la Salud de Toledo

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