El gobierno local socialista, que gobierna en Carmona con mayoría simple, no logró sacar adelante en el último Pleno una iniciativa para poner en marcha un espacio acotado, en unos terrenos que el Ayuntamiento tiene junto al polígono industrial El Pilero, donde los jóvenes puedan reunirse de noche sin molestar a los vecinos. Es lo que se conoce, aunque la palabra no gusta a la mayoría de los responsables públicos, como un botellódromo.
Los grupos políticos de la oposición, el PP e IU (con seis y cinco concejales, respectivamente, frente a los diez del PSOE), votaron en contra de la iniciativa del equipo que dirige el alcalde Antonio Cano. Según indicaron fuentes del gobierno local, para el denominado "centro de ocio para los jóvenes", ya se había previsto incluso una inversión inicial de 80.000 euros, que se iban a destinar al acondicionamiento y construcción de la zona, para que los jóvenes se pudieran concentrar los fines de semana. Entre otros servicios, se la iba a dotar de vigilancia, aseos, limpieza y recogida de basuras.
Su objetivo es "evitar las molestias" que desde hace años generan a los vecinos de la localidad las botellonas, a pesar de que se ha aumentado el control sobre ellas y la presencia policial. Precisamente, el pasado verano la junta local de Seguridad Ciudadana respaldó un bando del alcalde en el que se limitaban las zonas donde pueden concentrase los jóvenes, con la prohibición expresa de hacerlo en plazas -el paseo del Estatuto era un clásico- y zonas verdes del municipio. La vigilancia se ha extremado durante algunas fiestas, como la Semana Santa.
El gobierno local pretendía también con este centro de ocio dar respuesta a la ley en materia de actividades de ocio en los espacios abiertos de los municipios andaluces, la llamada Ley antibotellón, que no sólo habilita a los ayuntamientos para que multen por en consumo de bebidas alcohólicas en zonas no autorizadas, sino que contempla que se ofrezcan espacios específicos a los jóvenes para reducir los efectos negativos de las concentraciones en las calles, plazas y zonas verdes durante las madrugadas de los fines de semana.
A pesar de este rechazo en el Pleno, el equipo de gobierno mantiene su compromiso de llevar a cabo medidas que permitan a los jóvenes disfrutar de su ocio y tiempo libre sin que se perturben al resto de vecinos, porque se trata de uno de los compromisos que Cano adquirió cuando tomó posesión como alcalde y porque el fenómeno tiene mucha repercusión entre la ciudadanía.
Tendrá, sin embargo, que hacer un esfuerzo de negociación y consenso porque al menos IU se ha pronunciado radicalmente en contra de este tipo de botellódromos. Según manifestó Sebastián Martín Recio, portavoz de la federación y alcalde del municipio cuando entró en vigor la ley, en noviembre del año 2006 con el único apoyo del PSOE, estas áreas sólo conseguirán convertir en "marginal" un fenómeno social que, pese a sus aspectos perjudiciales, es una "forma de relación entre los jóvenes" y, al alejarla, habrá más riesgo de consumo de drogas y problemas de seguridad.
Los grupos políticos de la oposición, el PP e IU (con seis y cinco concejales, respectivamente, frente a los diez del PSOE), votaron en contra de la iniciativa del equipo que dirige el alcalde Antonio Cano. Según indicaron fuentes del gobierno local, para el denominado "centro de ocio para los jóvenes", ya se había previsto incluso una inversión inicial de 80.000 euros, que se iban a destinar al acondicionamiento y construcción de la zona, para que los jóvenes se pudieran concentrar los fines de semana. Entre otros servicios, se la iba a dotar de vigilancia, aseos, limpieza y recogida de basuras.
Su objetivo es "evitar las molestias" que desde hace años generan a los vecinos de la localidad las botellonas, a pesar de que se ha aumentado el control sobre ellas y la presencia policial. Precisamente, el pasado verano la junta local de Seguridad Ciudadana respaldó un bando del alcalde en el que se limitaban las zonas donde pueden concentrase los jóvenes, con la prohibición expresa de hacerlo en plazas -el paseo del Estatuto era un clásico- y zonas verdes del municipio. La vigilancia se ha extremado durante algunas fiestas, como la Semana Santa.
El gobierno local pretendía también con este centro de ocio dar respuesta a la ley en materia de actividades de ocio en los espacios abiertos de los municipios andaluces, la llamada Ley antibotellón, que no sólo habilita a los ayuntamientos para que multen por en consumo de bebidas alcohólicas en zonas no autorizadas, sino que contempla que se ofrezcan espacios específicos a los jóvenes para reducir los efectos negativos de las concentraciones en las calles, plazas y zonas verdes durante las madrugadas de los fines de semana.
A pesar de este rechazo en el Pleno, el equipo de gobierno mantiene su compromiso de llevar a cabo medidas que permitan a los jóvenes disfrutar de su ocio y tiempo libre sin que se perturben al resto de vecinos, porque se trata de uno de los compromisos que Cano adquirió cuando tomó posesión como alcalde y porque el fenómeno tiene mucha repercusión entre la ciudadanía.
Tendrá, sin embargo, que hacer un esfuerzo de negociación y consenso porque al menos IU se ha pronunciado radicalmente en contra de este tipo de botellódromos. Según manifestó Sebastián Martín Recio, portavoz de la federación y alcalde del municipio cuando entró en vigor la ley, en noviembre del año 2006 con el único apoyo del PSOE, estas áreas sólo conseguirán convertir en "marginal" un fenómeno social que, pese a sus aspectos perjudiciales, es una "forma de relación entre los jóvenes" y, al alejarla, habrá más riesgo de consumo de drogas y problemas de seguridad.
R. P. , carmona
Diario de Sevilla
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