Francisco Javier López Martín
Los ricos de este país, las 37 mayores empresas, fueron a ver a Zapatero. Las decisiones del Consejo de Ministros inmediatamente posteriores. Y los anuncios del Gobierno en diferentes materias, dan buena cuenta de los resultados de la reunión. A la vista de esas medidas la conclusión es clara: No fue la política, la que puso deberes al empresariado, sino todo lo contrario. Son los ricos los que se han rebelado frente a la política y han marcado el camino del Gobierno. Un Gobierno que ha comenzado inmediatamente a decretar nuevos ajustes, nuevas reformas, nuevos golpes bajos a la ciudadanía, a los trabajadores y trabajadoras.
El dinero privado podrá entrar en AENA y gestionar los principales aeropuertos como Madrid o Barcelona. Los empresarios obtienen más reducciones y rebajas fiscales en el impuesto de sociedades.
Las personas paradas que han perdido ya toda prestación por desempleo, no tendrán acceso a los 426 euros de ayuda. Los pensionistas, que ya han sufrido una congelación de sus pensiones, acometen nuevas amenazas. La pretensión de ampliar la edad de jubilación a los 67 años, la ampliación del periodo de cálculo de la pensión, el aumento del periodo de carencia, es decir, de los años necesarios para cobrar una pensión contributiva, son amenazas permanentes sobre los pensionistas de hoy, pero sobre todo sobre los de mañana.
Si a estas amenazas y agresiones ciertas, le añadimos la amenaza sobre la capacidad protectora del convenio colectivo, el golpe, que tenemos que parar es brutal y de incalculables consecuencias para nosotros y para nuestros hijos e hijas. Un trabajo cada vez más precario y temporal, con menor protección del convenio colectivo, con menores derechos a protección por desempleo, con menores derechos en el momento de jubilarse.
El trabajo deja de ser un factor que cohesiona y vertebra a la sociedad. El valor del empleo disminuye. Se ejercerá por menos precio, con menos derechos cuando lo tienes, cuando lo pierdes y cuando, por edad o por enfermedad, lo tienes que abandonar.
Es la riqueza, es el beneficio de las operaciones especulativas, es la labor de los ejecutivos-ejecutores de los mercados lo que adquiere peso, relevancia e importancia real para determinar las políticas públicas, la democracia política, el gobierno de la economía.
Algo que ni las sociedades, ni la clase trabajadora podemos conseguir ni tolerar. El enfrentamiento va a ser largo y duro. Aparentemente desigual, por los ingentes recursos con los que cuentan los ricos declarados en rebeldía. Pero que nadie se arredre, porque tarde o temprano la libertad, la vida, los derechos, terminan por imponerse y, si nos organizamos bien, más temprano que tarde.
La Huelga General del 29-S las manifestaciones del 18-D son sólo hitos en el camino, que con firmeza vamos a seguir andando, sin descanso, con serenidad. Con mucho trabajo.
Esa es nuestra tarea, como sindicato, en la sociedad, y en las empresas.
Las personas paradas que han perdido ya toda prestación por desempleo, no tendrán acceso a los 426 euros de ayuda. Los pensionistas, que ya han sufrido una congelación de sus pensiones, acometen nuevas amenazas. La pretensión de ampliar la edad de jubilación a los 67 años, la ampliación del periodo de cálculo de la pensión, el aumento del periodo de carencia, es decir, de los años necesarios para cobrar una pensión contributiva, son amenazas permanentes sobre los pensionistas de hoy, pero sobre todo sobre los de mañana.
Si a estas amenazas y agresiones ciertas, le añadimos la amenaza sobre la capacidad protectora del convenio colectivo, el golpe, que tenemos que parar es brutal y de incalculables consecuencias para nosotros y para nuestros hijos e hijas. Un trabajo cada vez más precario y temporal, con menor protección del convenio colectivo, con menores derechos a protección por desempleo, con menores derechos en el momento de jubilarse.
El trabajo deja de ser un factor que cohesiona y vertebra a la sociedad. El valor del empleo disminuye. Se ejercerá por menos precio, con menos derechos cuando lo tienes, cuando lo pierdes y cuando, por edad o por enfermedad, lo tienes que abandonar.
Es la riqueza, es el beneficio de las operaciones especulativas, es la labor de los ejecutivos-ejecutores de los mercados lo que adquiere peso, relevancia e importancia real para determinar las políticas públicas, la democracia política, el gobierno de la economía.
Algo que ni las sociedades, ni la clase trabajadora podemos conseguir ni tolerar. El enfrentamiento va a ser largo y duro. Aparentemente desigual, por los ingentes recursos con los que cuentan los ricos declarados en rebeldía. Pero que nadie se arredre, porque tarde o temprano la libertad, la vida, los derechos, terminan por imponerse y, si nos organizamos bien, más temprano que tarde.
La Huelga General del 29-S las manifestaciones del 18-D son sólo hitos en el camino, que con firmeza vamos a seguir andando, sin descanso, con serenidad. Con mucho trabajo.
Esa es nuestra tarea, como sindicato, en la sociedad, y en las empresas.
fuente: El Blog de javier Lopez
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