traduccion: Elvira Hdez.
La invitación que he recibido para escribir estas columnas llega en un momento dramático para Grecia.
Mi país está siendo gobernado abiertamente por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y por algunos tecnócratas de Bruselas. El gobierno griego, que ha cedido gustosamente el poder a estos criminales, es cómplice de la situación. Desde el viernes pasado, el gobierno desea promulgar con carácter de extrema urgencia una ley que retrotrae las relaciones entre patronal y trabajadores al siglo pasado. Se anularán los convenios colectivos, se bloquearán los salarios en el nivel mínimo indispensable para la supervivencia y se facilitará el despido. Todo ello en un contexto de crisis financiera que provoca un incremento sin límites del paro, mientras que la subida de los impuestos indirectos no deja de aumentar los precios y los servicios sociales son desmantelados.
Hace tan sólo unos años, un ataque de tal magnitud contra los derechos laborales y el Estado social no existía sino en los sueños secretos de los miembros más cínicos de los think tanks neoliberales. Hoy, con el pretexto de la crisis y de la deuda que engulle a los países uno tras otro, la peor pesadilla neoliberal se ha convertido en realidad. Esta pesadilla no afecta únicamente a los trabajadores griegos, puesto que si este plan se aplica, sin duda se extenderá por toda Europa, bajo denominaciones altisonantes como “Estrategia europea común para el desarrollo y la competitividad”.
En el momento en que nos encontramos sólo tenemos una salida : poner fin a la tutela de Europa sobre nuestra nación. Es verdad que el adversario posee un arma poderosa : la propagación del miedo, de la inseguridad y de la desesperación. Sin embargo, el pueblo también dispone de un arma eficaz : la unidad, la fraternidad y las luchas que lleva a cabo en los barrios, en los lugares de trabajo, en las universidades, en las escuelas, en las instancias políticas... y la batalla de la comunicación.
La lucha para la defensa de las conquistas sociales ha comenzado. El 15 de diciembre estaremos en huelga y manifestaciones unitarias recorrerán todo el país. Para ganar, debemos tener confianza en nosotros mismos y en nuestra fuerza.
Mi país está siendo gobernado abiertamente por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y por algunos tecnócratas de Bruselas. El gobierno griego, que ha cedido gustosamente el poder a estos criminales, es cómplice de la situación. Desde el viernes pasado, el gobierno desea promulgar con carácter de extrema urgencia una ley que retrotrae las relaciones entre patronal y trabajadores al siglo pasado. Se anularán los convenios colectivos, se bloquearán los salarios en el nivel mínimo indispensable para la supervivencia y se facilitará el despido. Todo ello en un contexto de crisis financiera que provoca un incremento sin límites del paro, mientras que la subida de los impuestos indirectos no deja de aumentar los precios y los servicios sociales son desmantelados.
Hace tan sólo unos años, un ataque de tal magnitud contra los derechos laborales y el Estado social no existía sino en los sueños secretos de los miembros más cínicos de los think tanks neoliberales. Hoy, con el pretexto de la crisis y de la deuda que engulle a los países uno tras otro, la peor pesadilla neoliberal se ha convertido en realidad. Esta pesadilla no afecta únicamente a los trabajadores griegos, puesto que si este plan se aplica, sin duda se extenderá por toda Europa, bajo denominaciones altisonantes como “Estrategia europea común para el desarrollo y la competitividad”.
En el momento en que nos encontramos sólo tenemos una salida : poner fin a la tutela de Europa sobre nuestra nación. Es verdad que el adversario posee un arma poderosa : la propagación del miedo, de la inseguridad y de la desesperación. Sin embargo, el pueblo también dispone de un arma eficaz : la unidad, la fraternidad y las luchas que lleva a cabo en los barrios, en los lugares de trabajo, en las universidades, en las escuelas, en las instancias políticas... y la batalla de la comunicación.
La lucha para la defensa de las conquistas sociales ha comenzado. El 15 de diciembre estaremos en huelga y manifestaciones unitarias recorrerán todo el país. Para ganar, debemos tener confianza en nosotros mismos y en nuestra fuerza.
fuente: L'humanité
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