viernes, 29 de abril de 2011

Las víctimas de la crisis llevan su indignación a los juzgados

Pere Rusiñol – Público

Si usted es de los que piensa que los que provocaron la crisis económica mundial se han ido completamente de rositas y que ya han ganado la batalla por goleada, aguarde un segundo y fíjese en los juzgados: se han inundado de casos contra hedge funds, bancos de inversión, mandatarios hasta hace muy poco respetabilísimos e incluso contra las poderosas agencias de rating.

El fenómeno es mundial el ex primer ministro islandés está a un paso del banquillo, EEUU celebra el mayor juicio en décadas contra un hedge fund, la gran banca de inversión provisiona miles de millones de reservas para afrontar litigios, pero en España ha vivido un gran acelerón en pocos meses: se encadenan las sentencias judiciales contra entidades bancarias, se presentan (y se aceptan) importantes demandas colectivas contra complejos swaps financieros y contra la cláusula suelo en las hipotecas e incluso se ensayan iniciativas pioneras que amenazan a las agencias de rating querella en la Audiencia Nacional o a los que, como el Deutsche Bank, han invertido a la baja contra España y sus empresas tras difundir análisis negativos sobre el país, contra los que se ha dirigido un escrito en el Tribunal Superior de Justicia catalán.

La política está quizá en un impasse, pero los ciudadanos se han rebelado contra los que identifican como culpables de la crisis. “Las consecuencias de la crisis afloran mucho después de que empieza y es ahora cuando la gente está adquiriendo conciencia de la estafa que ha sufrido en el proceso”, sostiene Gonzalo Boye, uno de los abogados que dirige la querella contra las agencias de rating. Y añade: “Hemos aguantado muchísimo, pero ahora ya está claro que la mayoría de partidos políticos tiene las manos atadas y, por tanto, urge explorar otras vías”.

Casi todas las iniciativas judiciales que ahora están cristalizando han vivido previamente un largo peregrinaje por varios parlamentos autonómicos, el Congreso y el Senado sin llegar a puerto por el bloqueo de los dos grandes partidos. Tres ejemplos: la lucha contra la cláusula suelo en las hipotecas que establece un tipo mínimo a pagar superior al de referencia, los complejos swaps colocados como si de seguros se tratara y la demanda de dación hipotecaria, que permitiría que la entrega de la vivienda saldara la deuda con el banco, como sucede en varios Estados de EEUU.

La pasada semana, PP y PSOE sumaron votos para rechazar una enmienda al proyecto de Ley de Contratos de Crédito al Consumo que pretendía incluir en la lista de “cláusulas abusivas”, los suelos de las hipotecas. La batalla contra la cláusula suelo la encabeza la asociación Adicae, que ha hecho llegar a los grupos parlamentarios múltiples iniciativas todas infructuosas para corregir la cláusula suelo incorporada en muchas hipotecas. Según los cálculos de la asociación, ello permitió a las entidades bancarias ingresar en 2010 al menos 3.500 millones extra.

Desbordados

Ante el bloqueo político, Adicae presentó en noviembre una demanda colectiva de 450 afectados contra unas 40 entidades. El pasado febrero se admitió a trámite. Los adheridos superan ya los 25.000 y ya hay 90 entidades denunciadas. Adicae ha abierto incluso una oficina en Madrid, junto a la glorieta de Embajadores, para incorporar a más damnificados dentro del plazo que les ha dado el juez. “Estamos desbordados, pero esperamos llegar a los 50.000. Aunque los políticos vacilen, la gente está despertando”, explica Manuel Pardos, presidente de Adicae.

Un recorrido similar con los swaps hizo la Pequeña y Mediana Empresa Afectadas por Derivados (Apymad), fundada hace un año por emprendedores arruinados tras el tsunami financiero: su acción se ha encaminado hacia los tribunales tras meses de entrevistas infructuosas con diputados por los complejos derivados que entidades financieras les colocaron como seguros que, tras el crash, se convirtieron en bombas atómicas.

El pasado noviembre, empezaron a unirse para ir al juzgado: ya han presentado demandas agrupadas que representan a más de 200 personas contra 20 entidades. “Hemos invertido muchas horas en reuniones con diputados pero nadie nos ha hecho caso. Por ahora, la única vía ha sido los tribunales e iremos hasta el final, juntos”, explica una de las fundadoras, Mercè Muñoz.

El tercer ejemplo es el de los afectados por las ejecuciones hipotecarias, que en España no cancelan la deuda con el banco. La situación ha adquirido tales proporciones algunos abogados calculan que desde que empezó la crisis se han producido 350.000 ejecuciones hipotecarias que ha merecido una amplia cobertura de la prensa internacional, incluido The New York Times, que ha se mostrado estupefacto por el hecho de que muchos afectados pierdan la casa y mantengan una deuda elevadísima.

Iniciativa popular

Pese al compromiso adquirido por José Luis Rodríguez Zapatero de impulsar una comisión de estudio, el bloqueo político en el Congreso con este problema ha llevado a una coalición de entidades los sindicatos mayoritarios, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Attac, etc. a buscar una fórmula nueva para forzar el debate a fondo en la Cámara, quieran o no los grupos mayoritarios: acaban de presentar una Iniciativa Legislativa Popular, que ahora exigirá recoger 500.000 firmas para que pueda tramitarse.

La reciente sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra, favorable a la dación hipotecaria, ha espoleado también la vía judicial en este frente. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que estudia la posibilidad de presentar una querella, ha elaborado un documento tipo para que pueda presentarse en todos los casos en litigio. Y abogados especializados en estos casos, como Carlos Guerrero, consideran que la sentencia supuso un punto de inflexión: “Ha llegado el momento de liarla en los juzgados. Tenemos que inundar los procedimientos de ejecución hipotecaria de este país con los argumentos del auto”, ha escrito en su blog.

“Las sentencias no caen del cielo, sino que son producto de una creciente movilización ciudadana que empieza a dar frutos y que obliga a los jueces a tener un mínimo de sensibilidad”, afirma Ada Colau, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. “Los ciudadanos están tomando conciencia de que los culpables de la crisis logran todo lo que piden a expensas suya y se han cansado”, añade.

Alarma en la banca

La rebelión ciudadana en los juzgados ha encendido todas las alarmas en el sector bancario hasta el punto de que la Asociación Española de Banca, la patronal, ha respondido a la creciente presión con una fórmula también insólita: su presidente, Miguel Martín, remitió una carta a la ministra de Economía, Elena Salgado, en la que pide apoyo ante “resoluciones e iniciativas que, de confirmarse, pondrían en cuestión la seguridad jurídica y tendrían un impacto muy negativo sobre los títulos y créditos hipotecarios”. Además, añade Martín, si a través de las sentencias se consolidara la dación o se anularan las cláusulas de suelo, quedaría tocada “profundamente la imagen internacional de nuestros mercados financieros”.

En realidad, las agencias de rating ya han advertido de las consecuencias de que prosperen estas demandas. La misma semana del histórico auto de la Audiencia Provincial de Navarra, Fitch emitió una nota contundente: “Fitch espera que la apelación del prestamista anulará la sentencia inicial. Sin embargo, si la apelación fracasa, daría lugar a un importante precedente material que potencialmente forzaría a revisar las actuales valoraciones del mercado”.

Este es el marco angustiante dentro del cual se mueve el Gobierno, para desesperación de muchos diputados socialistas, que sueñan con que “los mercados” aflojen un poco y Economía les dé un respiro para intentar reconectar con su electorado tradicional, según admiten varios dirigentes.

“La política está secuestrada por los mercados financieros. Ahora mismo, la única solución son los tribunales”, afirma Toni Comín, impulsor de la denuncia presentada en Catalunya contra Deutsche Bank por las apuestas a la baja.

Comín no es ningún antipolítico. Al contrario: hijo del histórico dirigente eurocomunista Alfonso Carlos Comín, ha sido durante siete años diputado del PSC-Ciutadans pel Canvi en el Parlament. También es profesor de la escuela de negocios Esade. “Mientras dure esta llave de judo sobre Zapatero, la acción política debe explorar otras vías”, concluye.

fuente:PereRusiño-Attac

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