domingo, 16 de noviembre de 2014

¿Por qué no se paga? Y no pasa nada


..Pero ¿existe algo peor que tener que asistir todos los días al puesto de trabajar sin cobrar el salario? Y con la perspectiva de en caso de lograrlo, cobrar solo una parte, perder las cotizaciones sociales y ver en peligro tanto la prestación por desempleo, como la futura pensión..

¿Por qué no se paga? Y no pasa nada
Javier Fernández
Director de Estudios Sindicales. Fundación 1º de Mayo

Existe un colectivo de trabajadores del que no se habla nunca: el de aquellos que se ven obligados a trabajar sin cobrar, impotentes para solucionar su situación a corto plazo y si, existen y son muy numerosos.

Nos hemos acostumbrado a leer, en las denuncias sindicales, pero también en los medios de comunicación en general, informaciones sobre los atropellos que la actuación del gobierno actual y los empresarios en general vienen haciendo sobre los trabajadores, unas veces con la coartada de la crisis económica y otras sin ningún rubor y a cara descubierta.


 
Así conocemos de los recortes en la cobertura en cantidad económica y en número de personas afectadas por desempleo, en pensiones, de la disminución de las rentas del trabajo en la renta nacional, de tal forma que tener un trabajo no significa poder salir de la pobreza, por supuesto de la pérdida de salario diferido, educación y sanidad y en otro plano la estrategia general, es decir la necesidad de acabar con las políticas de austeridad y recortes para pasar a otras de inversión y expansión económica, debate al que asistimos con estupor ante las contradicciones permanentes de los organismos encargados, léase FMI o ahora mismo la denuncia de la UE sobre el alto grado innecesario de la reforma laboral española y la brutal pérdida de poder adquisitivo de los salarios.

Sin embargo, existe un colectivo de trabajadores obligados a trabajar sin cobrar, aquellos a los que su empresario no les paga por varias razones, bien porque depende de contratos o subvenciones con Administraciones Públicas, sobre todo Ayuntamientos y Comunidades Autónomas y estos a su vez no pagan o se eternizan, a veces durante años en los pagos cuando no eliminan totalmente las obligaciones contraídas mediante recortes presupuestarios, bien porque su empresa no obtiene beneficios pero no toma ninguna medida legal de solución al problema dejando que se pudra la situación o bien y esto también existe, por mero capricho del empresario de negarse a pagar ganando tiempo para ahorrarse al final una parte o todos los costes salariales.

Estos trabajadores, en rotación, pero de los que cada momento existe en España un colectivo por encima de las 500.000 personas tienen que asistir cada día a su puesto de trabajo, con actividad laboral o sin ella, pues en caso contrario su despido sería procedente por abandono del puesto de trabajo, se ven en ocasiones obligados a hacer guardia para que el empresario no desmantele los bienes de su empresa, y su aspiración sería conseguir un ERE, para ellos un objetivo positivo, pues salen de la intemperie para tener al menos un marco legal de cobertura. Esto no se da solo en pequeñas empresas, o en sectores  marginales de servicios, se da también y no en poca medida en la Industria, en la Minería o en empresas Multinacionales.

Estos trabajadores, muchas veces cobrando el salario e incluso por debajo de este, ven cómo su situación se alarga durante muchos meses, sin cobrar y sin cotizaciones a la Seguridad Social, a veces, tampoco siempre, consiguen llegar al reconocimiento de sus salarios adeudados por el Fondo de Garantía Salarial, pero cómo este también es víctima de los recortes y sus fondos son escasos, además contar con escasos medios y verse desbordado por el creciente número de trabajadores a los que atender, estos trabajadores acaban cobrando, y no siempre, muy por debajo de lo adeudado y después de un largo periodo de no haber contado con ningún ingreso. Por supuesto todo ello repercutirá en una importante disminución de la cuantía de sus pensiones, cuando no en la pura y simple imposibilidad de acceder a ellas.

Es muy justa la denuncia de las situaciones terribles existentes: recorte del desempleo y las pensiones, disminución de los salarios, escandaloso desempleo juvenil, trabajadores que agotan la prestación de desempleo (cada vez más). Pero ¿existe algo peor que tener que asistir todos los días al puesto de trabajar sin cobrar el salario? Y con la perspectiva de en caso de lograrlo, cobrar solo una parte, perder las cotizaciones sociales y ver en peligro tanto la prestación por desempleo, como la futura pensión.

Por supuesto que sería necesaria una mayor atención a este problema, por parte de la sociedad, de los medios de comunicación ,de los poderes públicos, por ejemplo incrementando las personas y los medios de la Inspección de Trabajo, incluso de los propios sindicatos, pero ahora que tanto se habla de imputaciones, juicios, responsabilidades políticas y penales, tal vez sería el momento de aplicar, incluso el código penal a todos esos empresarios que mantienen a sus trabajadores obligados a trabajar sin cobrar (aunque parezca mentira).

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