lunes, 15 de septiembre de 2014

II Maratón BTT Carmona 2.014 - Resumen de la subida a las Cabrerizas

Resumen de la subida a las Cabrerizas del II Maratón BTT de Carmona, que organizan la Asociación BTT de Carmona y Club BTT de Carmona .
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Organizado por la Asociación BTT Carmona y el Club BTT Carmona, en colaboración con el Ayuntamiento de la localidad y la Federación Andaluza de Ciclismo, el II Maratón BTT Carmona ‘Los Alcores’, tuvo lugar el pasado domingo 14 de septiembre en el que han participado un total de 538 ciclistas.

La prueba, que este año forma parte del Circuito Provincial de Maratones de Sevilla, consta de dos rutas: una primera ruta larga, tipo maratón, con un recorrido de 75 kilómetros y 1.400 metros de desnivel.
La clasificación fue la siguiente:
1º  RAMIREZ ABEJA, JAVIER
2º  BORREGO IBAÑEZ, JOSE DANIEL
3º  MACIAS BONAÑO, FRANCISCO JAVIER
4º  JIMENEZ RIVAS, JOSE FERNANDO
5º  ALVAREZ CASTAÑO, RICARDO
6º  FERNANDEZ GRANDE, VICTOR MANUEL
7º  MACIAS BONAÑO, JOSE CARLOS
8º LOPEZ SOLANO, MIGUEL
9º FLORIDO MARMOLEJO, MIGUEL ANGEL
10º NIETO LUQUE, RAUL
11º BENITEZ ROMAN,
12º  PEREZ CALVO, ANTONIO
13º  BALLESTEROS CARDADOR, MANUEL
14º  BENITO MARTIN, MANUEL DAVID
15º  LIÑAN MARQUEZ, VALERIANO
16º  GARCIA LUNA, MIGUEL
17º  CASTILLA CASTRO, JESUS
18º  NAVARRETE ALVAREZ,
19º  PRUAÑO ACUÑA, MIGUEL ANGEL
20º  MARTINEZ LOPEZ, JUAN MANUEL
21º  LOPEZ FUENTES, ANTONIO LUIS
22º  VIFORCOS CARRILLO, EDUARDO
23º  HIDALGO JIMENEZ, CARLOS
24º  SANCHEZ SANCHEZ, ISMAEL
25º  COSANO POLO, JESUS

LISTADO COMPLETO AQUÍ:

La segunda de las rutas es de tipo cicloturista, con un recorrido de 54 kilómetros, de nivel medio-alto para disfrutar de las rutas BTT de Carmona, pero evitando los puntos de mayor dificultad técnica y física.

domingo, 14 de septiembre de 2014

SINDICATO: TRES CONDICIONES PARA AUMENTAR LA AFILIACIÓN

 
A propósito de la afiliación al sindicalismo vamos a revisitar a Antonio Gramsci. Nuestro amigo sardo dejó  escrito lo siguiente: «El elemento decisivo de toda situación es la fuerza permanentemente organizada y dispuesta desde hace tiempo, que se puede hacer avanzar cuando se considera que una situación es favorable (y sólo es favorable en la medida que esa fuerza existe y está llena de ardor combativo)». 
   
Aclaremos que Gramsci está reflexionando sobre el análisis de las situaciones y las correlaciones de fuerza en la segunda parte de sus Notas sobre la política de Maquiavelo. [Publicada en España con el título Política y sociedad, Ediciones Península, 1977, traducida por Jordi Solé Tura].

Resumiendo: para intervenir en los avatares de la correlación de fuerzas el elemento decisivo es «la fuerza permanentemente organizada». Sacar enseñanzas de esta lección es, pues, fundamental para toda organización y, desde luego, también para el sindicalismo. Ahora bien, lo que obviamente no podía añadir nuestro amigo sardo era de qué manera concreta se consigue esa «fuerza permanentemente organizada», aunque –a decir verdad--  toda su obra (y especialmente los Cuadernos de la Cárcel) contienen las indicaciones y propuestas necesarias para ello. Así pues, en nuestro caso y en las condiciones de hoy, nos toca a nosotros enhebrar esa aguja. Digo especialmente a nosotros porque la vocación del sindicalismo es ser una organización de masas, no un corpúsculo irrelevante. 

En ese ejercicio de redacción parto de dos premisas elementales: a) el nivel de fuerza permanentemente organizada que tenemos es necesaria, pero no suficiente para ser determinantes en los vaivenes de doña Correlación de Fuerzas; b) si esto es así, la pregunta es: ¿de qué manera se puede ir transformando la condición necesaria en suficiente? Se trata de una reflexión nunca acabada que debe ir revisándose a lo largo de todo el trayecto sindical.

¿Por dónde escudriñar el quid de la cuestión? ¿De qué manera se puede experimentar, a través del método ensayo y error o, si se prefiere, prueba y error? En principio, sugiero tres pistas: 1) el cambio del modelo de representación sindical, 2) la plataforma del convenio colectivo y del conjunto de las prácticas contractuales, y 3) la valoración y organización de todo lo que conquista el sindicalismo. Como mínimo, aunque con mucho gusto, si surgen otras pistas, lo ampliaré.  

1.— El modelo de representación

Reincido recordando lo que constatamos todos los días: el modelo actual de representación no sólo no facilita la afiliación –«la fuerza permanentemente organizada»--  sino que es un mecanismo de freno. Por ello entiendo que mientras el sindicalismo no encuentre un modelo que pueda representar la diversidad de los trabajadores de todas las tipologías desde el centro de trabajo, los que buscan empleo y los pensionistas será muy complicado que se incremente la cantidad y calidad de la afiliación, esto es, la «fuerza permanente».

Digo que será muy complicado, además, en esta fase de transformación del trabajo y de la aparición de multitud de subjetividades, también como expresión de tales transformaciones en el centro de trabajo. En resumidas cuentas, el augusto anciano del comité de empresa, que fue pensado y creado para otras épocas, es ya un sujeto inválido, lleno de achaques.

¿Por qué, entonces, se mantiene ese modelo de representación? Entiendo que por estos motivos: a) por la inercia a un instrumento que nos ha dado tantos beneficios y b) por la desazón que produce entrar en nuevas experiencias. Por la desazón o, tal vez, miedo. En esas condiciones no creo que aumente la fuerza permanente de la afiliación.

2.--  La plataforma del convenio colectivo 

Dice Juan Manuel Tapia, en clave apodíctica, que «la negociación colectiva es la centralidad del proyecto sindical». Claro que sí. Con la negociación colectiva se pretende defender los intereses del conjunto asalariado y, por ello, se les representa, no de manera abstracta sino con la fisicidad de un instrumento concreto. Y de la utilidad de lo conseguido se desprende la eficacia del instrumento en cuestión.

Ahora bien, el «conjunto asalariado» no es un segmento uniforme --¿lo fue alguna vez?--  como nos parecía a los sindicalistas de mi quinta en tiempos del fordismo. De aquella apreciación sacamos una conclusión práctica: la plataforma reivindicativa era un elenco homogéneo de reivindicaciones, deficitario de demandas de grupo. De ahí que defendiéramos una plataforma que no hacía distingos entre los grupos erarios, entre hombres y mujeres, entre los de «mono azul» y los de «bata blanca». Perdón por el casticismo: era algo así como café con leche para todos. Entendíamos, además, que de ir por otra camino corríamos el riesgo de meternos en la ciénaga corporativista. Pero el corporativismo no se conjuraba, ni se conjura tampoco hoy, con el café con leche para todos.

Comoquiera que hemos abordado estas cuestiones en otros momentos no abundo en la explicación. Tan sólo me falta decir, por ahora, que si  «la negociación colectiva es la centralidad del proyecto sindical» la plataforma reivindicativa ose corresponde con las diversidades que conforman el conjunto asalariado o estamos intentando defender y representar a un trabajador que ya no existe en la realidad efectiva. O, si se prefiere, nuestra representación y tutela es sólo de carácter paliativo. En estas condiciones no parece probable que se incremente considerablemente la fuerza permanente que constituye la afiliación.

3.— La valoración y organización de las conquistas 

Desde los primeros andares del sindicalismo en la legalidad arrastramos un defecto estructural: la no valoración de las conquistas y, tal vez, por las características movimientistas de otrora la insuficiencia de organizar nuestras conquistas. La relación entre ambas parece evidente, y no se me caen los anillos en afirmar nuevamente que esta ha sido una herencia negativa que los de mi quinta hemos dejado a las generaciones sucesivas.

Hay dos ejemplos de estos últimos tiempos que expresan  aproximadamente lo que quiero decir: una, en La utilidad del sindicato en Seat, se relata una conquista relevante  de lo que se quiere decir; la victoria sindical y iuslaboralista con relación a la huelga de Panrico. ¿Quién lo ha valorado? Que me lo presenten y rectifico.

Por lo demás, las conquistas no se organizan solas. Cosa que sabemos, pero que su conclusión práctica la dejamos para el maestro armero. Con lo que, de esta manera, tampoco se incrementará la fuerza permanente del sindicalismo.  Aclarémonos: una fuerza permanente y pensante.

Pepe Luis Lopez Bulla

sábado, 13 de septiembre de 2014

El Corte Ingles despide un trabajador que se presentaba en la candidatura de CCOO en las próximas elecciones sindicales

El centro de la avenida de Francia en Valencia ha despedido a un trabajador que se presentaba en la candidatura de CCOO en las próximas elecciones sindicales. 

Vicente Martínez recibió la carta de despido de El Corte Inglés el día después de firmar su candidatura por CCOO en las próximas elecciones sindicales.

Tiene 11 años de antigüedad, obtuvo la máxima puntuación en las últimas evaluaciones en todos los conceptos, incluido el de "atención al cliente", motivo que alega la empresa para despedirlo. CCOO ya ha presentado una demanda por tutela de libertad sindical y derechos fundamentales pidiendo la nulidad del despido por considerar que las causas no están justificadas.

Quienes dependemos de un salario, también dependemos de la fuerza de la negociación colectiva para defender nuestros derechos.
El sindicato denuncia persecución sindical, ya que la empresa ha dinamitado todas las candidaturas del sindicato en las elecciones sindicales. En anteriores procesos trasladaron a todas las personas de la lista a otros centros.  

Por la Readmisión inmediata de Vicente Martínez
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