viernes, 12 de julio de 2013

El futuro de la Democracia en España


El futuro de la Democracia en España
Manolo Martinez

   Carmona acoge un año más los Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide.
  Al frente de un magnífico equipo humano, Francisco de Paula Hidalgo Rosendo, ha vuelto a coordinar, siempre acicalado de de amabilidad y diligencia, estos ya consagrados encuentros en el inigualable marco del Palacio de los Briones.  
    Pilar Río, periodista y presidenta de la fundación José Saramago, Luís García Montero, poeta y Catedrático de Literatura en la Universidad de Granada, e Inés Alba, Directora de Canal Sur Radio, como moderadora, abrieron un nutritivo diálogo sobre la salud de la democracia española. 


García Montero desgranó su sintomatología, que iba desde la destrucción de los espacios públicos hasta el desmantelamiento del estado de bienestar, pasando por una economía especulativa, que ha sustituido a la productiva, la agresión a los derechos públicos y privados de los ciudadanos, todo esto teñido por el gris de una sociedad escéptica, sumergida en una crisis de valores. 

Argumentó el genial poeta granadino, que la Transición Española no había sido más que una manera de permitir a la élite económica que venía del franquismo, integrarse en el capitalismo asentado en la Unión Europea, y no un debate entre libertades y dictaduras, como nos habían vendido.  

Siguió Luís, reconociendo que la corrupción, y lo corruptos, existían en todos los partidos y en todos los países del mundo, pero que la marca España se caracterizaba porque cuando aquí te pillan robando, puedes seguir en activo, con lo cual, tácitamente se te autoriza para seguir haciéndolo, esto no ocurre en ningún otro lugar del planeta.  

Por su parte, Pilar del Río, concluyó que siglos de inercia despóticas no se cambian de la noche a la mañana, sólo con leyes, que el mal está más enraizado de lo que pensamos.  Sentenció, Pilar, que la democracia se nos había ido por las costuras, y que la única arma eficaz contra la apatía ante el sistema corrupto, es educación, cultura y curiosidad. Defendió la necesidad de una sociedad siempre activa, que  no se resignase al “todos son iguales”, que realmente no lo son. Hay que recuperar el mundo de las ideas para combatir el desalmado mundo regido por la banca. 

García Montero reivindicaba la vuelta a las utopías que movilizaba a los jóvenes, utopías que dejaron de serlo cuando la juventud se apoderaba de la calles y protestaba, y desobedecía las injusticias de los poderes económicos. Estamos vivos, coño, que se note, que no nos pisen como una hormiga, somos más, y mejores

Me gustaría acabar el presente texto con una pancarta con unos versos de Luís García: “Quien no quiso caer en la mentira, no sea ahora injusto desde la verdad”, o traducido, ¿estaríamos así de no haberse conocido los padres de Rajoy?                                                                  

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