lunes, 25 de junio de 2012

Con la Sanidad no se juega


La reforma sanitaria que el Gobierno aprobó tras el RDL 16/2012 es otro paso más en un objetivo perfectamente planificado que pretende situar al Sistema Nacional de Salud (SNS) en una situación que justifique su supuesta ineficiencia, y con ello posibilitar la entrada de la iniciativa privada y promover el doble aseguramiento sanitario. Al mismo tiempo que se quiebra el derecho a la universalidad de las prestaciones cambiando el derecho de ciudadanía por la condición de asegurado y bajo la justificación de la crisis económica, de la necesidad de ahorro y de no gastar lo que no se tiene, el Gobierno está tomando una serie de medidas que afectan a nuestros derechos básicos.

Las organizaciones sindicales más representativas del SNS (CSIF, FSP-UGT, FSS-CCOO y SATSE) hemos manifestado nuestra preocupación sobre las graves consecuencias que puede generar en la calidad asistencial y en la atención sanitaria un recorte tan brutal, que de inmediato va a generar desigualdades entre la población, además de empeorar las condiciones laborales de todos los profesionales.

Las medidas adoptadas por el Gobierno van a impedir el acceso a la tarjeta sanitaria a un importante número de inmigrantes que viven en nuestro país. La cartera de servicios quedará dividida en tres niveles: la financiada, la que se realiza con “repago”, es decir, con aportación del usuario, y la que será exclusivamente de pago. Por primera vez en nuestra democracia, 8 millones de pensionistas participarán en el copago farmacéutico y se incrementará la aportación de la mayoría de los usuarios.

Rechazamos las medidas del Gobierno de copagos y repagos que recaen en los más débiles, más enfermos y más mayores, así como los recortes en necesidades básicas sanitarias porque nos afectan a todos, y la salud no puede ser objeto de mercadeo.

El SNS es el servicio mejor valorado por la ciudadanía, es uno de los sectores generadores de empleo del país, con gran calidad de profesionales y, además, tiene uno de los mejores resultados de salud entre los países desarrollados. Para que siga siendo así, proponemos:

1.      Incrementar y mejorar los servicios públicos sanitarios del SNS porque está en juego la salud de la ciudadanía.
2.      Reformar la gestión del SNS orientándola a una óptima eficiencia y efectividad en la atención sanitaria, sin adoptar medidas estrictamente económicas que recaigan en usuarios y profesionales.
3.      Proteger y cuidar a los profesionales sanitarios, fuente principal de excelencia del SNS.
4.      Potenciar el consenso, mediante el diálogo y la negociación, con los interlocutores sociales que representan a las trabajadoras y trabajadores.
 5.     Apostar por la coordinación sanitaria y sociosanitaria, y realizar mayor inversión en Atención Primaria, porque generará un ahorro a medio plazo en todo el SNS.


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