miércoles, 15 de febrero de 2012

¿Ante la derecha, rodilla en tierra?

¿Vamos a aguantar tanta insidia obscena? No. Hemos luchado por lo que poseemos, bienes materiales y derechos fundamentales. Por ellos murieron los nuestros. El PP ha engañado a quien ha querido ser engañado. Pero la patita enharinada se ha tornado ya de su auténtico color, negro. El PP quiere agradar a Merkel y está supeditado a las Agencias de la Mentira. Que lo hagan de sus suculentos bolsillos. Nosotros no podemos ser vasallos de nadie. Somos personas. Somos ciudadanos. Nuestra Libertad y nuestra Dignidad, por encima de todo, Y por supuesto, nuestros derechos, los Derechos Humanos no nos los pueden arrebatar.

María Dolores Amorós | Catedrática de Lengua Española


La Reforma Laboral, tan inocente y simple como fue presentada el viernes por Soraya y por Fátima, ha ido siendo desgranada poco a poco con los consiguientes sobresaltos a medida que llegamos más al fondo de sus entrañas. De sobresaltos hemos pasado a angustia, a temor y ya a un imparable cabreo. Con ella, esta Reforma Laboral, ya nos solo se nos despoja de buena parte de nuestros salarios y del propio empleo -contrariamente a lo desvergonzadamente afirmado por el PP- sino que también nos expolian de los derechos sociales por cuyo logro tanta sangre ha sido derramada.

Este Gobierno del PP, arropado por su mayoría absoluta, está disfrutando sádicamente con la destrucción del Estado de Bienestar, con sus cínicas mentiras (Cospedal sigue insultándonos diciendo que el suyo es el partido de los trabajadores) y con sus amenazas traducidas en miedos por parte de la ciudadanía.

Si se tratara de un Gobierno de izquierdas, ya estaría la gente en la calle en la totalidad de las tierras españolas y los sindicatos hubieran convocado huelga general. A la izquierda se le exige todo porque es la misión de ésta la defensa a ultranza de los derechos de todos nosotros; pero la derecha sigue despertando un temor paralizante, incluso los dirigentes de los sindicatos de clase, Toxo y Méndez quieren jugar sus bazas a carta segura, tras la prospección de la tasa de malestar y consecuente seguimiento de los ciudadanos, porque saben que ahora se juegan su permanecer o no, la de los sindicatos. También es verdad que su tarea se ha burocratizado cómodamente, y en el despacho se vive mejor que pateando las empresas y averiguando in situ los graves problemas que atenazan a los trabajadores. El PP está amordazando a todos y a una velocidad imparable. El último ejemplo es la terrible Reforma Laboral.

La patronal hará lo que le dé la gana. Podrá aumentar las horas de trabajo, pero no pagarlas; disminuir los salarios, despedir cómo y cuándo quiera a cambio de miseria. Desparecen los convenios colectivos, se mantendrán los de empresa donde los trabajadores tienen siempre las de perder. No se crea empleo. Todo lo que el PP ha dicho en campaña electoral es no solo mentira, sino lo contrario de lo entonces afirmado. El único y solo beneficio es para las empresas; las caras sonrientes de la patronal en la reunión con la Ministra de des-Empleo lo dice todo. Se está procurando acabar con los derechos sociales, los derechos humanos y retroceder a tiempos impensables con la 'bipolaridad' de señores y siervos.

Se ha constatado que muchos puntos de la Reforma Laboral son inconstitucionales y la izquierda, incluidos los sindicatos, hablan de la probable denuncia ante el Tribunal Constitucional. Y cierto es que este Decreto-Ley contempla un montón de aberrantes medidas. A modo de ejemplo: un contrato es un acuerdo tomado por dos partes. Ahora se ha convertido en una imposición de una sola parte. El problema -y con ello cuenta el PP- es que el resultado de una denuncia ante el Constitucional tarda en su resolución de cinco a diez años...

Pero Merkel y la OCDE están contentos con esta reforma. Y eso es lo importante para Rajoy, que le ha dado el placet a Cospedal para continuar en la Secretaría del Partido. Rajoy se ha enrocado entre lo más cínico y desalmado del PP. Jamás han podido ubicar su Partido en el centro político, pero ahora menos que nunca. Son un Partido de derecha extrema, la más ultra y casposa que imaginar se pueda.

Y los medios más cavernícolas están ahí defendiéndolos y procurando confundir a los españoles aún medio adormilados.

La información sobre sus medidas la han ido dosificando cruelmente para asustar a la gente. El miedo paraliza, y eso es lo que buscaban. Que todos acaten y no reaccionen, Sin embargo, cuando la situación personal, que sumando la de cada cual se transforma en la de una gran parte de la sociedad, llega a un término de desesperación, ésta puede al miedo; entonces es cuando cualquier cosa puede pasar. Ya sabemos del armamento antidisturbios comprado con nuestro dinero para frenar a la gente cuando ya no pueda más y se levante en masa. Quizá entonces sea ya demasiado tarde.

Las imágenes de Grecia son escalofriantes. Quizá con ánimo de que aquí el pueblo no se atreva, los medios más ultra, más trogloditas, tan amigos y afines al PP, sacan una y otra vez las imágenes sangrientas y tildan al pueblo griego -que lucha por su pan- de loco anarquista, bolchevique, pendenciero, salvaje...a modo de aviso para que en España, haga el Gobierno lo que haga contra el pueblo, éste, en lugar de defender su pan y su dignidad, doblegue su rodilla ante el poderoso y consienta en que se pisoteen los Derechos Humanos.

Nosotros estamos en camino de seguir a Grecia, a Portugal, y convertirnos de pobres en miserables. Sin derechos, humillados, peor que las alimañas. Sin trabajo. Sin honor. Sin dignidad.

Aquellos poderosos financieros de Estados Unidos, que jugando con el dinero que la gente depositaba en sus bancos, comenzaron a crear productos subprimes, las ofrecían como lo mejor del mundo, ganaban con ellas incontable dinero, originando descalabros ruinosos en los demás. Y ello, una y otra, y otra vez. Jugaban y jugaban enriqueciéndose, mientras empobrecían a otros. Crearon las famosas Agencias de Calificación que valoraban AAA los productos más tóxicos, que eran comprados de inmediato hasta producir bancarrotas totales, sin remordimientos de ningún tipo. Jugando peligrosamente, a pique se fue Lehman Brohders. Fue el inicio, la espiral sigue hasta nuestros días. Moody's, S&P y Fitch 'califican' a su gusto. Con la crisis del euro han hecho enriquecer aún más a sus creadores, los grandes financieros, y concentran el oligopolio del poder. Y ello depredando a los países y a sus gentes; engulléndolos miserablemente, arruinando sus vidas. Ahora Moody's ha vuelto a rebajar dos puntos a España. Es la táctica del terror y el PP, satisfecho porque son de la misma ralea.

¿Vamos a aguantar tanta insidia obscena? No. Hemos luchado por lo que poseemos, bienes materiales y derechos fundamentales. Por ellos murieron los nuestros. El PP ha engañado a quien ha querido ser engañado. Pero la patita enharinada se ha tornado ya de su auténtico color, negro. El PP quiere agradar a Merkel y está supeditado a las Agencias de la Mentira. Que lo hagan de sus suculentos bolsillos. Nosotros no podemos ser vasallos de nadie. Somos personas. Somos ciudadanos. Nuestra Libertad y nuestra Dignidad, por encima de todo, Y por supuesto, nuestros derechos, los Derechos Humanos no nos los pueden arrebatar.

fuente:NuevaTribuna

1 comentario:

J.M. Ojeda dijo...

Amigo mío, se nos quiere quitar la vida, estamos tratando con un neoliberalismo brutal, despiadado y prepotente, incapaz de hacer algo que no sea el dictado del capitalismo.
Por tanto, y como dice Juan Torres López, la respuesta a la situación en la que estamos no puede ser la moderación salarial sino un cambio de modelo que especialice a nuestra economía en nuevas gamas de bienes y servicios, que fomente un consumo más sostenible y vertebrador de nuestra economía y de nuestra sociedad, y que garantice la generación endógena de recursos y la financiación más racional y descentralizada para el desarrollo de un tipo de actividades económicas mucho más pegadas al terreno y menos dependientes del capital extranjero. Bajar salarios es la vía directa a la destrucción de empresas y empleo, a la mayor precariedad e insatisfacción y a nuevas crisis.